Asociación Amics de la Seu Vella de Lleida

 




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Historia del Monumento
La colina donde está emplazada la Seu Vella y desde donde se domina la ciudad de Lleida, el rio Segre y la huerta ha sido, durante miles de años, escenario de la actividad humanas y de la Historia.

En las llanuras del Segre, ante los muros de la antigua Ilerda, combatieron las legiones de Cesar y Pompeyo.

Fueron los Condes-Reyes de Barcelona los que elevaron sobre el histórico cerro, una de las más bellas catedrales de Europa, que tiene, por encima de otras catedrales de Catalunya, la singularidad del acento musulmán, originado por los moriscos que en ella trabajaron, y por lo que es un ejemplo de la simbiosis entre oriente y occidente.


La parte más antigua de la Seu Vella responde a la poderosa penetración en Catalunya de la arquitectura internacional del Císter que tiene sus ejemplos más insignes en Poblet, en Santes Creus y en la Catedral de Tarragona. Pero en la Catedral de Lleida se sobrepone el gótico sobre el románico en una sucesión armónica excepcional.

Durante la ocupación árabe de la ciudad, en lo más alto de ese mismo cerro se construyó el castillo, zuda, (882), se levantó la mezquita y se reordenaron las defensas.

Conquistada la ciudad de Lleida a los invasores islámicos y restablecida la sede episcopal, se procedió, el 30 de octubre de 1149, a la consagración de la mezquita como a nueva Catedral, ubicada en el solar de la antigua canónica. Posteriormente, el conde Ramón Berenguer IV otorgó la "carta de población", por la que sus ciudadanos eran relevados de sus deberes feudales. Poco después, el rey Pedro I (1197), creó el Consulado para el libre Gobierno de la ciudad, y Jaime I lo convirtió en Paeria (Ayuntamiento) (1264). Jaime II, al fundar el Estudi General de Lleida (1300), primera Universidad de la Corona de Aragón, convirtió nuestra ciudad en uno de los centros de cultura más importantes de la época.


54 años después de la consagración de la mezquita como a catedral, el obispo Gombau de Camporrells decidió iniciar las obras de una nueva y amplia catedral, procediendo a la colocación de la primera piedra el día 22 de julio de 1203 con la asistencia del rey Pedro I, del conde Armengol de Urgel y del maestro Pedro de Coma (según consta en la lápida conmemorativa), quien hizo la planificación general de la Seo, incluyendo, además del templo, el claustro y el campanario, estudio que fue seguido por sus continuadores.

75 años después se acabó totalmente el templo y se habían iniciado las obras del claustro. La nueva Catedral de Lleida fue consagrada por el obispo Guillermo de Montcada el 31 de octubre de 1278.

A la primitiva construcción se añadieron muy pronto diversas capillas donadas por obispos, canónigos, nobles y devotos.

En las naves del templo es siguieron las normas del románico básico, pero la edificación del claustro ofrece la variada influencia de las tendencias arquitectónicas que iban evolucionando.


Fotografia de J.M. Llauradó Asens, Premi d'Honor
del concurs fotogràfic de 1990.

En el siglo XVIII Felipe V convirtió la Catedral en cuartel, dividiendo las naves en entrepisos.

Durante 5 siglos Lleida había vivido a la sombra de la Seo. Fue durante la Guerra de Sucesión contra el rey Felipe V que la ciudad antigua quedó arrasada. El año 1707 el rey decretó la disolución de la Paeria y de la Universidad, ocupó la Catedral convirtiéndola en cuartel para sus tropas. Construyó entrepisos en sus naves y murallas a su alrededor y así ha permanecido durante más de doscientos años. El año 1918 se declaró la Seu Vella monumento Nacional, pero no fue hasta el año 1948 que el ejército la abandonó para trasladarse a los nuevos cuarteles de Gardeny, y que la Dirección General de Bellas Artes, bajo la dirección del Marqués de Lozoya, propiciara un inicio de obras de restauración.

La Seu Vella era propiedad del Ministerio del Ejército, que en el año 1948 cedió el usufructo al Ministerio de Educación Nacional y el uso perpetuo al Obispado de Lleida. El año 1981 con motivo de los traspasos del Gobierno central a la Generalitat de Catalunya, se incluyó también el traspaso de la Seu Vella, y desde aquel momento es la Generalitat quien continúa con la responsabilidad de la restauración.

El año 2010 se constituye el Consorcio del Turó de la Seu Vella, formado por Generalitat de Catalunya y Ayuntamiento de Lleida, propietarios de los monumentos, con la finalidad de unificar la gestión del conjunto monumental
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