Asociación Amics de la Seu Vella de Lleida

 




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Restauraciones realizadas a cargo de la Asociación en su primera época

Archivo fotográfico de la Asociación

En el año 1948, cuando la Seu Vella dejó de ser cuartel se promovió por suscripción popular un inicio de restauración que permitió recuperar uno de los arcos del mirador del claustro. Desgraciadamente la falta de recursos y de algún organismo o grupo que canalizara los esfuerzos y le diera el impulso necesario fue la causa de que no continuaran y siguiera siendo un recinto ruinoso y con las puertas mal cerradas con tablones que permitían el paso a toda clase de depredadores y así fueron desapareciendo trozos de esculturas, de relieves y capiteles. Como muestra más flagrante tenemos el robo del relieve de Pentecostés, del maestro Robió, que fue recuperado en Madrid años después gracias a las gestiones de nuestra Asociación; y de la cabeza de la estatua yacente del sepulcro de Berenguer de Barutell, que muchos recuerdan haber visto entera y que no se ha recuperado.

Una vez creada la Asociación y realizados todos los trámites necesarios, se consiguió que se votara y aprobara el presupuesto y el nombramiento del Arquitecto director para empezar las obras. Pero el proyecto solo comprendía la obra de fábrica -el edificio- que ya era muchísimo, y aún había otras muchas cosas que hacer.

Era muy urgente poder cerrarlo, hacer las puertas. A partir de algunos fragmentos de las puertas antiguas que se conservaban en el Museo Diocesano, se hicieron los proyectos y presupuestos. Las primeras fueron la de San Berenguer que costeó el Ayuntamiento; la de la Anunciata que sufragó el socio Damián Trilla Moragues, la puerta "dels Fillols" que costeó la Diputación y la de la nave central al claustro que sufragó el socio Mon. Ramón Espasa Mor y así poco a poco se fueron consiguiendo todas.

 
Archivo fotográfico de la Asociación  

 
 Archivo fotográfico de la Asociación

Mientras, se restauró la Capilla de Jesús, en buena parte con la aportación del socio Ramón Bordalba Armengol y el resto por la Asociación, con la ayuda de la brigada de picapedreros cedida por el Ayuntamiento. Una vez restaurada se habilitó para celebrar Misas y otros actos religiosos como bodas y comuniones, era como una recuperación simbólica de uso del antiguo templo. También se restauró la Cripta de Requesens y la Capilla de San Juan Bautista.

Corría el año 1975 y parecía imposible todo lo que se había conseguido, y aún quedaba mucho por hacer. Con vidrio catedral y alabastro, se cerraron todas las ventanas y los grandes rosetones, financiado por la Asociación mediante las cuotas de los socios y la recaudación efectuada en la celebración del "Día de la Seu Vella" de tres años.
El año 1981 la Dirección General de Arquitectura restauró el campanario. Cosa que puso al descubierto la capilla de San Pablo Primer Ermitaño, que está debajo y que fue restaurada por la Asociación, es de planta ochavada con cubierta de crucería y conserva una bella puerta de madera policromada y se cerró con una puerta de forja de hierro y cristal que da al claustro.
Otro trabajo muy meticuloso e importante fue el de retirar las capas de yeso y cal que recubrían las paredes interiores de las capillas, para ir redescubriendo unas pinturas románicas y góticas verdaderamente importantes, que se fueron restaurando con la ayuda de algunas entidades, como fue la del ábside mayor que reproduce escenas de la vida de la Virgen pero que por desgracia solo se conserva el dibujo pues la cal se había comido el color y de cuyo coste se hizo cargo la Fundación General Mediterránea.

Hasta entonces se habían acometido las intervenciones más espectaculares, más vistosas. Pero había que seguir adelante, las siguientes no lucirían tanto, había que recoger, limpiar y clasificar los trozos de esculturas que se habían ido recogiendo para poder exponerlos, acondicionar todo el interior para hacerlo más atractivo a los visitantes y para que pudieran tener lugar actos culturales, conciertos y dar cabida a celebraciones ciudadanas; era necesario infundirle vida y que los lleidatans se acostumbraran al hecho de que la Seu Vella era parte de la ciudad, el corazón de la ciudad y no aquel recinto cerrado, olvidado en la cima de la colina y solo visto desde lejos.
 
impresión realizada con motivo del  
Día de la Seu Vella de 1977  
El año 1982 se creó el Patronato de la Seu Vella para gestionar la restauración del monumento, para ejercer la vigilancia de las obras y del cumplimiento de la normativa, teniendo en cuenta la diversidad de titulares de derechos sobre el conjunto. Ostenta la presidencia la Generalitat de Catalunya mediante el Consejero de Cultura, formando parte además del Obispado de Lleida, el Ayuntamiento, la Diputación Provincial y la Asociación Amics de la Seu Vella.

A iniciativa del socio Antonio Hernández Palmés, con sus investigaciones y la colaboración de un equipo de especialistas en materias de historia, de arqueología, de medicina antropológica, de arquitectura y un fotógrafo, se consiguió la recuperación de los restos del rey Alfonso el Benigno, la reina Leonor y su hijo el infante Fernando, que se encontraban en la cripta de la Catedral nueva para devolverlos a la Seu Vella. El día 26 de Octubre de 1986 en un acto que resultó magnífico, impresionante, y en el que nos vimos plenamente asistidos y apoyados por las instituciones, Ayuntamiento, Diputación, Generalitat y Obispado, se depositaron los restos en la Seu Vella, en una sencilla y austera tumba osario, diseñada por el arquitecto Ángel Corbella y construida por el escultor Víctor M. Pallares Caballé, situada en el muro que ciega la capilla de la Purificación o de la familia Gralla, donde se espera que reposen definitivamente.

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